Nuestros defectos. Mi maldita .... (póngase lo que corresponda: pereza, soberbia, envidia, mala leche...). Campos de batalla de todos los días, de todas las horas.
Castillos que rendir, dragones que vencer, doncellas que rescatar. Algo que ofrecerle todos los días, para salir cada mañana a vencernos. Por Él. Para Él.
Y si volvemos a casa, arrastrando los pies, con la mirada baja, decirle: mañana, Señor. Mañana lo haré mejor.
Y si volvemos triunfantes, decirle: mañana, más. Porque te quiero.
Y no sólo con nuestros defectos. Con todo... amores, agradecimientos, ruegos, premios, alegrías y penas...volver a El, por El, gracias a El...
ResponderEliminarDe la mano, siempre al alcance, de María.