miércoles, 6 de junio de 2012

Despertar

La segunda residencia  no me deja tiempo para nada, casi no veo a las niñas, de mi marido ni hablamos, la familia por tamtam... Sin embargo, estoy aprendiendo muchísimo. Entre otras cosas, la pediatría te protege bastante de las desgracias ajenas. Los niños se ponen malitos, les das dos potingues y en unos días están nuevos. Las contadas excepciones te parten el alma y te dejan huellas, a veces cicatrices.
Los adultos, no.

Tuve guardia ayer. Vi dos pacientes, entre otros, que me han impresionado. Ambos varones, ambos de mi edad. Dos historias completamente distintas. El primero, digamos Juan, ex-heroinómano, SIDA, demenciado. Estuvo en la cárcel, más de 20 años. Tiene tatuajes carcelarios (letras o números en los nudillos), dibujos horrendos y abigarrados en los brazos. No puede caminar, apenas habla, no controla esfínteres. Entiende lo que le dices, y al intentar contestar, ves, en la desesperación de su mirada, que es consciente de que no se le entiende, de que farfulla cosas incomprensibles. Termina diciendo "déjalo", y se da la vuelta en la cama. Lleva así al menos 10 años. Su madre le cuida, le lava, le da las medicinas y la comida. Sale de casa a las 6 de la mañana para ir a limpiar casas, así que le da de desayunar a las 5 y media.
- ¿Y se queda solo?
-¿Con quién se va a quedar? Yo no tengo nadie más...

El segundo, digamos Pepe. Todo lo contrario de Juan, padre de familia. De él poco puedo opinar, porque apenas hablamos. Su mujer, en cambio, educada, agradable, fue la que llevó el peso de la conversación. Pepe tiene cáncer, dolores insoportables, y venía en una nube de dolor que le hacía incapaz de abrir los ojos o hablar. Tras el tratamiento, se quedó dormido. Su mujer nos explicó que llevaba muchas horas con el dolor y que al relajarse, se solía dormir. La dignidad y entereza de esa esposa, sonriendo al marido moribundo cuando por fín cedió el dolor y pudo dormir, me llenó los ojos de lágrimas.

Y no sé qué hacer con esta historia. Me ha dado mucho que pensar. Lo primero que te viene a la cabeza es dar gracias porque no nos ha tocado a nosotros. Luego impotencia, porque no puedes hacer nada para aliviar su situación. Luego rabia, porque los recursos que podrían ayudar a estas personas se usan para hacer aeropuertos en Chiloeches o para "untar" a poderosos e influyentes personajes. O directamente los roban quienes deberían emplearlos para estas cosas. Y luego...

10 comentarios:

  1. Al menos han tenido la fortuna de cruzarse contigo en su camino.
    Gracias por hacer lo que haces como lo haces.
    Campeona.

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  2. Sí que es duro. A lo mejor es un poco cobarde lo que te voy a decir, pero es mejor no pensar demasiado en los recursos que podríamos tener y no tenemos por la mala gestión de los gestores. Creo que es perder energías en algo que está fuera de nuestro alcance. Más vale emplearlas en lo que está en nuestra mano: cuidarles con todo el cariño y todos los medios que podamos, como tú lo haces. Y rezar por ellos, como haré yo hoy en misa. ¡Ánimo! Mil besos.

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  3. Marita tiene toda la razón, son muy afortunados de que estés en su camino.

    Perdóname por no ponerte más comentarios, pero mi cerebelo este último mes ha estado bloqueado. Pero sí te aseguro que cada día paso por aquí a echarte un vistazo.

    Es duro los nuevos comienzos pero se nota que estás disfrutando con tus nuevas responsabilidades.

    Un besazo

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  4. Marta, el sufrimiento, de cualquier manera que venga, ya sea el del paciente como el del acompañante o el medico al contemplar el dolor, nos acerca a la Cruz. Eso es lo que eligió nuestro Señor para la redención. Mi amiga Mary una vez me dijo que había leído, creo que de la beata Teresa de Calcuta, que con el dolor lo que hace el Señor es acercarnos a la cruz, subirnos a su nivel, para así poder besarnos.
    Y cuanto se puede ofrecer. Un beso. Que ganas de veros a todas!

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  5. Pues ya falta muy poquito guapetona y ¡¡ Ya puedes traerte el ordenata con un monton de fotos de tus peques en eventos familiares!!

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  6. Dos "Ufff" por las historias. Son para despertar de golpe, y darme cuenta de cuantas quejas se me han escapado mientras "dormía" (como esas babas d los dormidos.. aghhh )
    Sobre los recursos, me he acordado cuando mi cuñada, tb médico, fue a ver a una abuelita, de las sin familia y sin recursos, a su casa. Había lavado la dentadura con lejía, la había destrozado y ya no se la podía poner. La Admin., esa que paga cambios de sexo, no le puede pagar una dentadura nueva.
    Ah, y sí, gracias por toda la buena labor, y paciencia, que hacéis los buenos médicos.

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  7. El ordenador no pensaba moverlo... Alguna foto puedo llevar en el phone.

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    1. Estos chavales modernos con los que me junto últimamente me han abierto una cuenta de Dropbox. Igual no es mala idea para tus fotos. Están en la nube (jeje), y las puedes ver desde cualquier sitio.

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  8. Sí tengo un dropbox con vídeos de los niños... Seria una buena idea. Lo que pasa es que entonces nos tenemos
    que reunir en in ciber cafe....

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  9. Con respecto al sufrimiento... Tan pronto escribí lo de antes... Hoy se ha levantado Laura con la cara como un almohadón de alergia a algún tipo de planta, y Mmaria y Lucas cin trazos de ir por el mismo camino. Cecilia con fiebre toda la noche y cada cuatro hora que le duele la cabeza y la tripa... Hasta que a las 4:30 de la tarde ha vomitado en el sofá del cuarto de estar.... Y yo me pregunto: Jesús ¿Por qué me quieres tanto?

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