viernes, 10 de agosto de 2012

Mucho que digerir

Esta mañana he recibido esto en mi correo. Tiene para darle muuuuchas vueltas.  Subrayo una frase que me parece especialmente... eso, directo al plexo solar. 

Esclavitud por esclavitud -si, de todos modos, hemos de servir, pues, admitiéndolo o no, ésa es la condición humana-, nada hay mejor que saberse, por Amor, esclavos de Dios. Porque en ese momento perdemos la situación de esclavos, para convertirnos en amigos, en hijos. Y aquí se manifiesta la diferencia: afrontamos las honestas ocupaciones del mundo con la misma pasión, con el mismo afán que los demás, pero con paz en el fondo del alma; con alegría y serenidad, también en las contradicciones: que no depositamos nuestra confianza en lo que pasa, sino en lo que permanece para siempre, no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

¿De dónde nos viene esta libertad? De Cristo, Señor Nuestro. Esta es la libertad con la que El nos ha redimido. Por eso enseña: si el hijo os alcanza la libertad, seréis verdaderamente libres. Los cristianos no tenemos que pedir prestado a nadie el verdadero sentido de este don, porque la única libertad que salva al hombre es cristiana.

Me gusta hablar de aventura de la libertad, porque así se desenvuelve vuestra vida y la mía.

Libremente -como hijos, insisto, no como esclavos-, seguimos el sendero que el Señor ha señalado para cada uno de nosotros. Saboreamos esta soltura de movimientos como un regalo de Dios.

(…) Somos responsables ante Dios de todas las acciones que realizamos libremente. No caben aquí anonimatos; el hombre se encuentra frente a su Señor, y en su voluntad está resolverse a vivir como amigo o como enemigo. Así empieza el camino de la lucha interior, que es empresa para toda la vida, porque mientras dura nuestro paso por la tierra ninguno ha alcanzado la plenitud de su libertad. (Amigos de Dios, 35-36)

8 comentarios:

  1. Pues vale, pues a mi me ha gustado y lo pongo, ea.
    Porras!

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  2. A mí también me gusta. Sobre todo lo de que no caben anonimatos. Aunque haya pecados sociales, al final es cada uno el que decide si sí o si no. Y la sociedad la forma cada uno, uno por uno. La responsabilidad es individual.
    Y lo de la lucha interior... ¡uf, qué duro es! Y a veces tienen que pasar muchos años para que te des cuenta de que el día que decidiste "ser santa", no habías hecho más que empezar... y que la que tienes que cambiar eres tú... porque a los demás no los cambiarás... y que la lucha es titánica... y que a veces te da el bajón y las ganas de tirar la toalla... (como ahora), pero vuelves y ¿por qué vuelves? Porque Él te lleva en brazos en los momentos más duros, y siempre, siempre va a tu lado.
    Perdón por explayarme de tal manera.
    Un beso.

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  3. Je je Cordelia esta mañana he subrayado la misma frase. efectivamente para digerir en varios dias.

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  4. A mi tb me ha gustado -incluso tu subrayado-. No les hagas ni caso, que son unas envidiosas, jejjeje.
    Queridas amigas, aprovecho para haceros partícipes de que tras un mes de hospital y dos semanas sin mi padre, al fin he roto a llorar a solas, mientras hablaba con éL. Creo que lo estaba necesitando.
    Siento no haber contestado a vuestras llamadas -estaba pendiente de las de mi madre y decidí tener en silencio mi tfno y mis sentimientos-. Os quiero.
    Un beso fuerte.

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  5. Todo eso de lo que hablas es necesario y cada uno tiene su propio ritmo. Así que en este lugar tan "privado" también te decimos que te queremos y que nos tienes a tu lado. "Conectate" cuando tengas fuerzas. Un beso estrujante de cada una.

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  6. Querida amiga, dede aquí un beso gordo.

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