Historia de una ida y una vuelta, y la puñalada trapera que sucedió entre medias
miércoles, 8 de febrero de 2012
Privilegio
Esta mañana he ido a trabajar. He cogido en brazos a una serie de recién nacidos; una de ellas, Candela, con menos de un minuto de vida, ojitos cerrados, morrete fruncido, puños apretados, minúsculo milagro, maravilla concentrada en tres kilitos. He hecho algunas otras cosas, todas ellas menos interesantes. Y me voy a casa. Y a final de mes me pagan. ¿Soy, o no soy, una privilegiada?
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De nuevo, felicidades
ResponderEliminarSi,Cordelia,lo eres.Siempre recordarás este privilegio,duramente ganado no lo dudo.
ResponderEliminarPara empezar tiene trabajo, que no es poco.
ResponderEliminarSí, enorme privilegio.
ResponderEliminarY doble privilegio por poder darte cuenta y disfrutarlo¡
Ah, y el deseo de una vida maravillosa para la pequeña luchadora Candela.
Miriam
Me ha gustado mucho tu entrada. Corta pero contundente. Trabajar en algo que te apasiona es todo un privilegio ¿seguro que quieres cambiar de especialidad, guapetona?
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