Día 2
Entregarse a Mí no significa atormentarse, agitarse y desesperarse,
dirigiéndome luego una oración inquieta para que Yo transforme la agitación en plegaria.
Al abandono se opone la preocupación, la agitación y la obstinación
en prever las consecuencias de un hecho. Es como la confusión que tienen
los niños cuando pretenden que su madre se ocupe de sus necesidades,
pero al mismo tiempo quieren imponerse, entorpeciendo el trabajo de
ella con sus ideas y caprichos infantiles.
Entregarse significa cerrar
plácidamente los ojos del alma, alejar las preocupaciones y recurrir a
Mí para que Yo os conduzca, como un niño dormido en el regazo materno, a
la otra orilla.
Ponerte del todo bajo mi cuidado, de manera que sólo yo actúe, diciendo "hazlo tú".
(Repetir diez veces)
Oh, Jesús, me abandono por completo en ti, hazte cargo de todo.
Gracias.
ResponderEliminarA las dos
Marita
A la una, a las dos y a las.... Tres!
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