Día 3
¡Cuántas cosas puedo obrar cuando el alma, tanto en sus necesidades
espirituales como materiales, recurre a Mí, me contempla y diciendo
"encárgate Tú" cierra los ojos y descansa!
Obtenéis pocas gracias cuando os atormentáis para producirlas; en cambio, obtenéis muchísimas cuando, en oración, os ponéis plenamente en Mis manos.
Vosotros oráis en el dolor para que Yo os alivie, pero para que lo
alivie según vuestros deseos...Os dirigís a Mí, pero queréis que Yo me
adapte a vuestros propósitos; sois como los enfermos que, en lugar de
pedir la curación al médico, le sugieren lo que debe hacer.
No os comportéis así, orad al Padre como Yo os he enseñado : "santificado sea Tu nombre" (es decir que seas glorificado en esta necesidad que tengo), "venga Tu reino"
(es decir que todo lo que nos sucede a nosotros y al mundo concurra a
Tu reino), "hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo" es decir, dispón tú en esta necesidad como consideres mejor para
nuestra vida eterna y temporal.
Si me decís sinceramente: "hágase Tu voluntad", que es lo mismo que
decir: "encárgate Tú", Yo intervengo con toda Mi omnipotencia y resuelvo
hasta la situación más dificil.
(Repetir diez veces)
Oh Jesús, me abandono por completo en Ti, hazte cargo de todo.
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