miércoles, 24 de agosto de 2011

Calma


Unos días después, se asientan las ideas, las emociones se aplacan. La cabeza empieza a tomar el relevo al corazón desbordado de emociones y de lágrimas. Y es momento de hacer balance, de mirar serenamente hacia dentro y hacia fuera, y ver en qué quedan las ideas e impresiones, un poco aturulladas, de los días pasados.

Imágenes superpuestas: esos padres jovencísimos con un bebé de meses, sentados en medio de la Castellana durante el Via Crucis. Un grupo de voluntarias, haciendo cola para confesarse, y cambiando teléfonos con un pipiolo flacucho, pero afortunado. Las hermanitas de la Madre Teresa, con el sari blanco de rayas azules, en la carpa del Retiro. Ese hombre, alto y delgado, rezando de rodillas frente al Santísimo con los codos apoyados en la silla de ruedas de su esposa. Una procesión de al menos un centenar de chavales franceses, cargados con cajas de comestibles de marca blanca, saliendo de una iglesia y camino del Retiro, dispuestos a prepararse el menú del día. Un señor regordete, con voz extrañamente femenina, repartiendo estampitas plastificadas de la Madre Teresa (con reliquia de verdad, de la buena, elige tú la que quieras, que cada una tiene un mensaje distinto, así no te la doy yo; el mensaje, tan en el clavo). En el paseo del perdón, un sacerdote jovencito, confesando con sandalias y bermudas. Otro, un poco más allá, con luengas barbas hasta la barriga. Venerables ancianitas en grupos de a dos y a tres, con la camiseta de la JMJ.

Llegar hoy al trabajo. Enseñar, de forma selectiva, la foto del papamóvil. Sorpresa: ésta estuvo viendo la misa por la tele, a pesar de que su marido se burlaba. Aquélla estuvo en el Viacrucis con marido y 4 churumbeles. Otra, la más inverosímil, llevó a su hija de 6 años a ver a JPII en el 82, y ninguna de las 2 lo ha olvidado.

Recopilar, de aquí y de allá, las palabras del Papa, para uso intenso los próximos meses (gracias, Sinretorno).

Agradecer, nunca suficiente, a Vila por haberme incluido sin admitir objeciones.

Y, por supuesto...

4 comentarios:

  1. Genial... Una vez más.
    Cada día escribes mejor.
    Un beso.

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  2. Date un capón de mi parte, anda... además si hubieses faltado el cura tan guay (valoración generalizada) que nos confesó en el Retiro no nos hubiese podido llamar "los cuatro jinetes del Apocalipsis". Menudas risas nos echamos, no hubiese sido igual sin ti.

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  3. Ayer alguien me dijo que tenía que aterrizar...
    El proceso de tal aterrizaje no has podido describirlo mejor (por algo eres la escritora del grupo).
    Y ya que estáis aquí las tres, aprovecho para daros las GRACIAS semi-públicamente.
    Un besazo desde provincias.

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  4. ME encantan estas "estampas" (se dice así?) de la jmj. Asi se ve que no es un grupo de gente, una masa, sino personas individuales, como cualquier vecino , que buscan estar cerca de Dios
    Gracias
    Miriam

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