Historia de una ida y una vuelta, y la puñalada trapera que sucedió entre medias
viernes, 17 de junio de 2011
Carmen, otra vez
Siete y diez, esta mañana. Estoy en la cocina, poniéndome un café.
- ¡Maaamiiiiiiii!
Hala, ya estamos. Como la experiencia es un grado, ya sé lo que quiere la joya. Saco de la nevera el biberón que dejo preparado todas las noches, precisamente por esto. Lo meto en el microondas y aprieto el botón de 30 segundos. En toda esta operación no he tardado más de 4 o 5 segundos.
- ¡Maaamiiiii! -seguido de un ruido que reconozco inmediatamente, porque tampoco es nuevo. Suena algo así como: toink, ploc. Es el ruido que hace un biberón vacío arrojado con fuerza contra la pared, que rebota y golpea el suelo.
Esta niña es como su papá: instantánea como el Nesquik.
Llego al cuarto y está liando la parda.
- Carmen, ¿qué pasa?
- Belén mala, Carmen buena...
Belén, la pobre, duerme como una bendita en medio de este escándalo.
El bibe calentito y a dormir. Sé que algún día echaré en falta el bibe mágico que consuela a mis hijas y soluciona todos los problemas...
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¡Que tremenda Doña Carmen¡
ResponderEliminarMe encantan estas descripciones del día a dia de las peques
Yo también echo de menos, mucho de menos, un bibe mágico que al menos puedas consolar a los más cercanos. Si lo encuentro te aviso.
No me deja publicar con mi nick. Un abrazo fuerte y mil gracias por sus comentarios y atenciones. Les recordaré en Guadalupe. Un abrazo
ResponderEliminaryo también lo echaré de menos...
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