domingo, 19 de junio de 2011

Muy mala espina




Esto es lo que piensa mi padre.

ME DA MUY MALA ESPINA

El Movimiento 15 M. Porque:

1− No me ha resultado nada clara la gran aceptación social, política y mediática del susodicho movimiento. Por cierto, me he atrevido a cambiar la palabra “Movimiento” por “Movida”; la primera puede recordar a alguien el anterior “Movimiento Nacional Sindicalista” mientras que la segunda está muy arraigada y perfectamente aceptada por nuestra actual sociedad. Volviendo al asunto, ¿a qué se debe el entusiasmo de los medios de comunicación? ¿será que la inmediatez de la noticia y la necesidad de llenar páginas les priva del sentido crítico? o ¿será que no quieren implicarse y correr el riesgo de que algún “progre” o institución “progre” les tache de fachas?
2− No me cuadra en absoluto la permisividad y complacencia del Ministerio del Interior ante la clara y permanente conculcación de la legalidad vigente por la “movida 15M” en sus acampadas, cuando en otras ocasiones pasadas y con otros protagonistas han sido escrupulosos y diligentes en hacer cumplir la ley. En este ámbito, una pregunta retórica ¿Alguien cree que si los acampados reivindicadores hubieran sido miembros de las asociaciones de Víctimas del Terrorismo y sus simpatizantes hubieran gozado del mismo trato?
3− Tampoco me cuadra el permiso otorgado por la autoridad gubernamental para la realización de TRES manifestaciones TRES, simultáneas, todas ellas en MADRID y convergentes en el Congreso de los Diputados, lugar donde, si no estoy mal informado, la ley prohíbe manifestarse.
4− Y especial y fundamentalmente no me cuadra el contenido de las quejas de los indignados. Quizás esto sea lo más importante de todo y me explico:
La situación política, social y económica de España es lamentable y merecedora de críticas, quejas e indignación por parte de cualquier españolito. Ahora bien, el principal y mayor (no quiero decir único) responsable de este estado no es otro que el Gobierno de la Nación, y del partido que lo apoya, que ha sido ineficaz en lo económico, que ha consentido y promovido el endeudamiento feroz de las corporaciones locales, autonómicas y estatales, y que ha conseguido desprestigiar la independencia del poder judicial con la finalidad de facilitar la secesión de Cataluña con su Estatuto, y meter a ETA en las Instituciones, todo ello por razones de conveniencias propias.
Pues a pesar de lo todo lo dicho, NINGUNO de los puntos reivindicativo de la “Movida 15M” ha sido asignado al GOBIERNO, sino que los han repartido entre TODA LA CLASE POLÍTICA sin distinción.

Todos estos hechos y circunstancias no me dan otra salida que hacerme la pregunta del derecho romano: “Cui prodest?” ¿A quién beneficia esta movida? A la que no he encontrad otra respuesta que:
EL ÚNICO BENEFICIARIO DE LA MOVIDA 15 M HA SIDO, Y ES, EL GOBIERNO
Y EL PARTIDO POLÍTICO QUE LO SOSTIENE

A partir de aquí, lo que viene a continuación es la única explicación que he podido deducir sin recurrir al absurdo tipo Goucho Marx:
Temo que la “Movida 15M” no sea sino el embrión de una nueva “institución popular” que nace con inocencia, prestigio y credibilidad social y mediática, y que bajo la apariencia de una “conciencia popular” permita ser utilizada como instrumento de azote inclemente y permanente contra los recientes dirigentes locales, autonómicos, y los posibles futuros nacionales, del Partido Popular, con el objeto de paliar la hecatombe electoral que tendría lugar en caso de perder las próximas elecciones generales. Todo ello con la habilidad de que nadie sospeche que la tal flagelación tenga orígenes políticos partidistas y que, por el contrario, parezca ser sólo el resultado de la reacción espontánea, indignada y llena de razón del “pueblo”.
Como ya sucedió en el caso “NUNCA MAIS”, la movida “NO A LA GUERRA”, y la campaña del 12, 13 y 14 de marzo de 2004 entre otras. Al más puro estilo “llámame Alfredo”
Debo añadir, para los biempensantes, que incluso los acontecimientos de Barcelona se explican fácilmente: los propios miembros de “Movida 15M” organizan primero, y desautorizan después, la violencia desvinculándose de los sucesos. Ellos incrementan y afianzan su santidad mientras que los macarras (socios o no) hacen el juego sucio.

Desearía de todo corazón estar inmerso en el error, pero si no fuera así, que nadie diga que nadie lo dijo.

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