martes, 22 de febrero de 2011

Fumando espero


Hoy he empezado el curso de deshabituación tabáquica. Nos ha quedado muy claro que somos unos drogadictos y unos gilís. Estamos financiando con 60000 millones de euros anuales al gobierno que nos trata como leprosos y nos obliga a salir a la calle, ya llueva, nieve o nos cueza el sol (eso todavía no ha pasado, pero ya llegará el verano).
Una compañera del curso ha resumido el sentir general:
- Sin fumar, las cervecitas no son lo mismo. Y sin salir a tomar unas cervecitas con los amigos, la vida es una tristeza enorme. Del trabajo a casa y de casa al trabajo, ¿es forma de vivir?
A mi particularmente la cerveza me espeluzna, y hace cerca de 6 años que no salgo a tomar nada por ahí, ya véis que soy más sosa que un bocadillo de habas. Sin embargo, la perspectiva de dejar de fumar me aterra. Hace unos años dejé de fumar casi 18 meses, y lo estuve echando de menos todos los días. 
Aun así, reconozco que tengo que dejarlo. Las niñas son muy pequeñas, necesitan una madre que les dure. Así que me he apuntado al curso, no espero gran cosa de él, pero por intentarlo que no quede.
Se supone que tengo que dejar de fumar en 2 semanas, mientras tanto, fumando espero...

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