Después de comer me he sentado un rato a estudiar antes de la Misa. Me he puesto un cafelito, y me ha pasado lo de siempre. Cuando me he dado cuenta, faltaban 20 minutos para la Misa y allí estaba yo, tomándome el café. Entonces se me ha ocurrido la idea genial: total, si no puedo comulgar, casi me quedo en casa.
Afortunadamente, algún mecanismo de cordura cerebral se ha impuesto, y ha contraatacado:
- Veamos; el Papa viene a Madrid dentro de 4 meses y ya estamos organizando la mundial. Y, sin ánimo de despreciar, es solamente el Papa. Dentro de veinte minutos va a venir Jesús a verme a mí, aquí mismito, al lado de mi casa, y me pienso si voy!!!!
Tiene mérito llegar a ser tan espabilá sin entrenar siquiera...
ja ja...
ResponderEliminarEso del "total si ya no puedo comulgar" debe ser una epidemia, a mi a veces también me ataca.
Suerte de los mecanismos de cordura¡¡
Un abrazo