Aniversario

Hoy hace 15 años. Quince años desde que, en la preciosa iglesia románica de San Millán, en Segovia, le eché el guante al del walkman y la Cavatina de Myers. 

Recuerdo muy pocas cosas de ese día. Por lo general, tengo buena memoria, pero cuanto más emotivo es un momento, más impreciso en mis recuerdos (rarita que es una). Recuerdo retazos. Me sangraba el agujero de una oreja, perforado unos días atrás por una "experta" (hacia las 3 de la mañana, en una guardia: 5 intentos). El cura titular de la parroquia (nos casó un familiar), en un ladito, saliendo en todas las fotos con luengas barbas hasta media panza. Llegar a la iglesia y tener que esperar a que entrasen los invitados, porque nadie había entrado, sólo el novio y su padre. Salir, con el flamante maridito al lado, y recibir en plena cara sendos puñaos de garbanzos lanzados por unos primos del pueblo. A poco más nos saltan un ojo.

Y poco más. Ah, se me olvidaba. El cochinillo del menú, que había que cortar con un plato estilo Cándido, y nos escaqueamos de muy mala manera. Eso sí, estaba de muerte.

Y desde entonces hemos recorrido cuatro comunidades autónomas, hemos sobrevivido a dos años de separación, dos embarazos de reposo absoluto y a dos genízaras que no nos dejan dormir. Hemos tenido más y menos, y todas esas cosas que comparten los que comparten cama y sueños. Y solo espero que sigamos sobreviviendo (con ayuda, claro) al resto de obstáculos que la vida nos ponga delante.