viernes, 18 de marzo de 2011

En dos palabras: Im presionante

Hoy he ido a la Misa de desagravio de la Complutense. Hacía casi 15 años que no pisaba mi universidad, y en este caso ni siquiera era mi campus, porque cuando yo estudié no existía el campus de Somosaguas (lo estaban haciendo, tuvimos durante un año a los de políticas en nuestra facul mientras les hacían la suya nueva, todo el año la facultad llena de carteles y de pintadas del porte: "queremos nuestra facultad, las tías de medicina huelen a formol").
Bueno, pues yendo al tema, ha sido un pasadón. Yo he ido, entre otras cosas, porque pensé que iba a haber cuatro gatos. He oído en la radio "entre 500 y 1000 personas". Deben haber ido a otro sitio, porque a mí me han parecido muchas más. Había gente de traje, chavales melenudos y pijillos, niñas de uniforme escolar, ancianos (muchos, la mayoría con su sillita plegable, que la edad hace ser precavido), cuarentones/as de todos los pelajes (superpuestos o con vaqueros, como yo), una chica jovencísima con hábito hasta los pies, otra embarazadísima con la barriga ya caída, a punto de soltar el paquetito, a mi lado una sesentona longilínea con vaqueros, mandando SMS por la Blackberry, acné en todas las versiones, montones y montones de gente en todos los formatos. Lo único que faltaba era el militar sin graduación tan citado en las plazas de toros de ya hace un porrón.
Ha sido impresionante como una muchedumbre tan dispar, al aire libre y con el lorenzo que pegaba hoy, al comenzar a hablar el obispo, se ha callado inmediatamente. Móviles en silencio o apagados (yo he oído sonar uno solo), todos de pie, nadie se movía, en la consagración, en medio del campo, la mayoría se ha arrodillado... La cantidad de gente que ha querido comulgar ha sido tal que ha faltado la comunión a la mitad, más o menos. Pues hemos hecho comunión espiritual, y en paz.
La única nota discordante, en medio del ofertorio un tío con una cámara y una muchacha con micrófono se han colocado donde más gente había, se han hecho sitio y se han puesto a grabar la noticia. La del micro hablando al mismo tiempo que sonaba la megafonía, se ha confundido tres veces, y no sé si han desistido o han dado por buena la última, pero hay que ver qué falta de respeto. Eran de una cadena con número... Una voz detrás de mí ha dicho: uy, éstos, a ver qué van a contar en el telediario.
No quiero saberlo.

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